En su visita al país, Bárbara y Jenna Bush vivieron una semana difícil. Tanto el robo como la prensa fueron la una dificultad para las mellizas aunque finalmente terminaron disfrutando un partido de fútbol en la Bombonera.
Mientras el tema de inseguridad sigue sin encontrar la solución, Bárbara y Jenna, las hijas del presidente norteamericano George W. Bush, pasaron sus días en Buenos Aires en medio de la fuerte custodia.
Todo empezó con el domingo pasado, el 19 de noviembre. Bárbara fue víctima de un punguista que le robó la cartera con la billetera y el celular, cuando se hallaba cenando en un restaurante del turístico barrio de San Telmo.
El hecho generó el interés de los medios de comunicación que comenzaron a seguir a dos jóvenes que se encontraban en el país hacía 20 días. Bárbara y Jenna estaban de incógnito en la Argentina hasta que una cadena de la televisión estadounidense reveló que un ladrón oportunista le había arrebatado la cartera a Bárbara en un descuido y a pesar de la fuerte custodia. Jenna había viajado a Paraguay para trabajar en un programa de Unicef.
Por su parte, los comerciantes de San Telmo afirmaron que los ladrones fueron los mismos de siempre que aparecen los fines de semana y apuntan a los distraídos turistas que pasean por plaza Dorrego. La Policía Federal también aclaró que hay un agente por cuadra para prevenir los robos de punguistas y arrebatadores. Actualmente se calcula que los fines de semana, en promedio, hay 10.000 visitantes en el barrio.
Tras el robo, las mellizas, de 24 años, tuvieron que cambiar el lugar de alojamiento. Hasta entonces, había estado en el Hotel Krista Hotel Boutique, ubicado en Bonpland 1665 y luego pasaron a alojarse en Home Hotel, situado den Honduras al 5800, en Palermo Hollywood.
A pesar de que aumentaron la custodia para las mellizas, no se pudo evitar que sufrieran otra sorpresa cuando llegaron los bomberos y patrulleros policiales por un incendio de una vivienda abandonada. El hecho ocurrió mientras las jóvenes cenaban en la vereda del restaurante Jangada, ubicado en Honduras y Carranza, a media cuadra de la vivienda incendiada.
El propietario del restaurante, Ricardo Annichini, comentó a la prensa que las hijas del jefe de la Casa Blanca llegaron acompañadas por seis amigas y que decidieron sentarse en una mesa en la vereda tras comprobar que no se podía fumar en el interior del local.
“No se asustaron demasiado por el incendio. Siguieron comiendo, dijeron que les gustó el pescado y un rato después se fueron tranquilamente”, contó.
Además las mellizas, siendo el interés periodístico de varios medios de comunicación, tuvieron que lidiar no sólo con punguistas del barrio, sino también con la prensa. El viernes, debieron salir por la casa de una vecina del hotel donde se alojaban. Según Mario, un taxista que estaba estacionando al frente, la huida fue como en las películas.
Así, sin poder disfrutar tranquilas de sus vacaciones, las mellizas tuvieron que mudarse a la residencia del embajador de los EE.UU., Earl Anthony Wayne, el sábado 25 de noviembre.
Finalmente, Bárbara y Jenna, tras varios episodios que pasaron durante la semana, fueron invitadas a la Bombonera donde presenciaron el partido del domingo, Boca – Colon. Se ubicaron en el palco del presidente del club, Mauricio Macri, escoltadas por sus guardaespaldas. En los palcos de enfrente estuvo Diego Maradona, en enemigo declarado de su padre, contra el cual organizó una movilización en ocasión de la Cumbre de las Américas, en 2005.
Fuente de la foto: elections.donyell.net